Cómo el aroma femenino influye en los hombres

Aroma femenino y atracción: la ciencia revela cómo los olores atraen a los hombres

Una investigación publicada en iScience identificó tres compuestos químicos presentes durante la ovulación que causan reacciones positivas en los hombres, modificando su concentración, vivacidad y percepción de belleza femenina.

Vivimos rodeados de imágenes y sonidos que moldean nuestra experiencia diaria, pero olvidamos que el olfato, aunque atrofiado en comparación con otros mamíferos, sigue jugando un papel fundamental en nuestras interacciones sociales. La mayoría de las veces solo reparamos en este sentido cuando nos enfrentamos a un olor desagradable, pero lo cierto es que nuestro cerebro continúa respondiendo a señales químicas de otros seres humanos.

En los hombres, algunos olores femeninos pueden causar calma, reducir la hostilidad e incluso incrementar la percepción de atractivo. Un estudio reciente publicado en la revista científica iScience se propuso descubrir qué compuestos químicos son responsables de este efecto.

La investigación detrás del aroma femenino

Los investigadores reclutaron a 21 mujeres que donaron su olor corporal en diferentes fases de su ciclo menstrual. Utilizando parches de silicona colocados en las axilas, capturaron moléculas volátiles que normalmente llegan a nuestras fosas nasales.

Después, 21 hombres fueron expuestos a estas muestras y calificaron los aromas en una escala de agrado. Los resultados mostraron que, aunque en general los olores eran evaluados como menos agradables que el “control sin olor”, durante la ovulación los participantes percibieron los aromas femeninos como más agradables, con notas descritas como “cítricas”, “herbáceas” y “fragantes”, frente a otros momentos del ciclo, donde predominaban sensaciones “rancias” o “avinagradas”.

Los tres compuestos clave

El análisis químico identificó tres compuestos que se encontraban con mayor frecuencia durante la ovulación:

  • (E)-geranil-acetona.
  • Ácido tetradecanoico (mirístico).
  • Ácido (Z)9-hexadecanoico (palmitoleico).

El ácido tetradecanoico, presente también en leche materna y saliva, está asociado con respuestas instintivas como el reflejo de succión en bebés. El ácido palmitoleico, aunque inodoro, se descompone en sustancias que forman parte del olor característico de la edad.

Combinados, estos compuestos conformaron un “cóctel de ovulación”, una mezcla que los científicos reprodujeron sintéticamente para experimentar con su efecto en los hombres.

Impacto en el estado de ánimo y la percepción de belleza

Cuando los voluntarios fueron expuestos a este cóctel, sin saberlo, reportaron sentirse menos hostiles, con mayor concentración y un ánimo más positivo. Posteriormente, al evaluar rostros femeninos, los hombres expuestos al aroma otorgaron puntuaciones más altas de atractivo, elegancia y simpatía, especialmente a aquellas mujeres que inicialmente recibían menos calificaciones favorables.

Esto sugiere que los olores pueden influir en la percepción social y emocional, incluso cuando no somos conscientes de su presencia.

Más allá de la ciencia: ¿perfumes con base biológica?

El hallazgo plantea preguntas fascinantes: ¿existen perfumes que ya utilicen estos compuestos? Aunque los ingredientes en perfumería rara vez se detallan, es posible que fragancias con notas de nuez moscada, cítricos o té contengan algunos de ellos.

Si bien este descubrimiento no representa la “fórmula del amor”, revela que los seres humanos seguimos respondiendo a un lenguaje químico ancestral, tan profundo como el de los mamíferos que dependen casi exclusivamente del olfato.

En última instancia, esta investigación abre la puerta a entender mejor cómo los olores moldean nuestras emociones y relaciones, demostrando que, en lo más recóndito del cerebro, seguimos hablando el misterioso lenguaje de los olores.

Crédito:
Texto basado en el artículo del Dr. F. Perry Wilson, M.S.C.E., profesor asociado de medicina y director del Acelerador de Investigación Clínica y Traslacional de Yale. Publicado originalmente en Medscape y iScience