Colombia figura entre los países con mayor prevalencia de calvicie en el mundo, una realidad que ha dejado de ser exclusiva de los hombres mayores o de quienes tienen antecedentes familiares. Cada vez más, los jóvenes colombianos enfrentan un fenómeno creciente: la caída acelerada del cabello causada por factores silenciosos y externos, que van mucho más allá de la genética.
Centros especializados en salud capilar, como Mediarte, han registrado un incremento considerable en la atención de pacientes menores de 30 años que consultan por pérdida temprana de cabello. Lo que tradicionalmente se atribuía a causas hereditarias asociadas a la mediana edad, hoy tiene una cara distinta, más joven y preocupante.
“Estamos observando una generación afectada por la alopecia desde edades muy tempranas. Aunque la predisposición genética existe, los factores ambientales y emocionales son ahora los principales detonantes”, afirma Andrés Martínez, especialista en cuidado capilar.
El entorno moderno: una amenaza para el cabello
Según los especialistas, el aceleramiento de la calvicie en Colombia responde a una combinación de estrés crónico, deficiencias alimentarias y contaminación ambiental. Estos elementos actúan como desencadenantes silenciosos que, en conjunto, potencian la caída capilar, incluso en personas sin antecedentes familiares.
1. Estrés crónico: un enemigo invisible de la calvicie
El estilo de vida contemporáneo —marcado por el teletrabajo, la inestabilidad económica y la constante hiperconectividad— ha disparado los niveles de cortisol, la hormona del estrés. “Un cortisol elevado por periodos prolongados se asocia directamente al efluvio telógeno, una forma de caída capilar difusa que afecta tanto a hombres como mujeres jóvenes”, explica Martínez.
2. Alimentación desequilibrada y ultraprocesados
La popularización de las dietas basadas en comida rápida, baja en nutrientes esenciales como hierro, zinc y vitaminas del complejo B, también está debilitando el folículo piloso. “El cabello necesita nutrición desde la raíz. Una dieta deficiente compromete su salud a largo plazo”, enfatizan desde Mediarte.
3. Contaminación y malos hábitos capilares para la calvicie
En ciudades altamente contaminadas, como Bogotá o Medellín, la exposición continua a agentes tóxicos ambientales se ha convertido en otro factor de riesgo. A esto se suman prácticas como el uso excesivo de productos cosméticos agresivos, planchas, secadores o lavados inadecuados, que terminan dañando el cuero cabelludo.
Impacto emocional y social: una nueva preocupación
Más allá del problema físico, la alopecia temprana está causando un fuerte impacto emocional en jóvenes entre 25 y 35 años. “Muchos pacientes llegan con cuadros de ansiedad, depresión o aislamiento social. La pérdida de cabello afecta la autoestima y, en casos más severos, incluso su rendimiento laboral o relaciones personales”, explica el especialista.
Una solución integral: prevenir antes que lamentar
El centro insiste en que la prevención es clave. Identificar los primeros signos puede marcar la diferencia entre una caída reversible o una alopecia irreversible. “Si una persona nota que pierde más de 100 cabellos al día o percibe afinamiento visible, debe consultar a un especialista cuanto antes. Un diagnóstico temprano permite aplicar estrategias efectivas que pueden frenar el avance y preservar el cabello existente”, concluye.