El cáncer de pulmón sigue siendo una de las enfermedades más letales tanto en Colombia como en el resto del mundo. Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), en 2022 casi 2,5 millones de personas fueron diagnosticadas y más de 1,8 millones murieron a causa de esta enfermedad. Su impacto continúa en aumento, pero los especialistas insisten en que una parte significativa de estos casos podría prevenirse.
El IARC advierte que el principal factor de riesgo es el tabaquismo, responsable de aproximadamente el 85 % de los diagnósticos. Sin embargo, no es el único. También influyen la exposición al humo de tabaco ajeno, la contaminación ambiental, los gases de escape de motores diésel, los humos industriales y el contacto con sustancias como el asbesto. Además, los antecedentes familiares incrementan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
En Colombia, el panorama no es distinto. De acuerdo con el informe más reciente de la Cuenta de Alto Costo (2024), el país registró 8.098 casos prevalentes. Aunque la mortalidad general descendió un 18 % en el último año, preocupa que el 75 % de los diagnósticos se realicen en etapas avanzadas. Esto limita las opciones terapéuticas y disminuye significativamente la posibilidad de supervivencia.
Regiones como Antioquia han mostrado cifras especialmente críticas. En 2020 se reportaron más de 1.100 muertes por cáncer de pulmón, lo que equivale a una tasa de 17,3 fallecimientos por cada 100.000 habitantes. Estas cifras evidencian la urgencia de reforzar la prevención y, sobre todo, los programas de detección temprana.
La detección temprana del cáncer de pulmón, el mayor reto en Colombia
El principal desafío del país es consolidar programas estructurados de tamizaje para personas en alto riesgo, como fumadores de larga data, exfumadores o individuos expuestos a contaminantes.
“Es urgente avanzar en educación ciudadana y fortalecer estrategias de tamizaje que permitan identificar a tiempo los casos. Muchos pacientes llegan cuando la enfermedad ya está avanzada, y eso reduce drásticamente sus opciones de tratamiento”, señala el doctor Andrés Felipe Aristizábal, Ph.D. en genética y director de investigaciones y enlace médico de la Fundación FICMAC.
El especialista también destaca cómo la medicina de precisión ha revolucionado el tratamiento del cáncer de pulmón. En vez de recurrir únicamente a quimioterapias generales, hoy es posible identificar mutaciones genéticas específicas que impulsan el crecimiento del tumor. Esto permite terapias dirigidas más efectivas y con menos efectos secundarios.
Síntomas que no deben ignorarse del cáncer de pulmón
Aunque los signos pueden confundirse con otras afecciones respiratorias, es fundamental prestar atención a su persistencia. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Tos continua o que empeora con el tiempo.
- Dificultad para respirar.
- Dolor torácico persistente.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Fatiga crónica.
- Sangre al toser.
“El mensaje es claro: la detección temprana salva vidas. Si los síntomas persisten, consulte a un neumólogo u oncólogo sin demora, especialmente si la persona fuma o ha estado expuesta a factores de riesgo”, agrega el Dr. Aristizábal.
Prevención: la mejor herramienta
En el marco del Día Mundial contra el Cáncer de Pulmón, la Fundación FICMAC hace un llamado a fortalecer la educación y la prevención. Para reducir el riesgo, se recomienda:
- Evitar el consumo y la exposición al humo del tabaco.
- Mejorar la ventilación de espacios cerrados.
- Mantener una dieta rica en frutas y verduras.
- Practicar actividad física regularmente.
- Realizar controles médicos anuales.
La prevención y el diagnóstico oportuno siguen siendo las armas más efectivas para reducir el impacto del cáncer de pulmón. Con hábitos saludables, información adecuada y programas robustos de detección temprana, miles de vidas podrían salvarse cada año.
