Cáncer gastrointestinal no colorrectal: 5 datos claves para entender

Cáncer gastrointestinal no colorrectal: lo que debe saber sobre esta compleja enfermedad

Los cánceres gastrointestinales no colorrectales (CGINC), que incluyen tumores gástricos, esofágicos, pancreáticos, hepatobiliares y neuroendocrinos, representan un conjunto diverso de neoplasias con un denominador común: su diagnóstico suele ser tardío y su pronóstico, desfavorable.

Tan solo el cáncer de páncreas podría representar más de 66.000 nuevos casos en EE. UU. en 2025, con una de las tasas de mortalidad más altas entre todos los tumores sólidos.

Su carga global continúa aumentando debido al envejecimiento poblacional, la mejora de las técnicas diagnósticas y una mayor exposición a factores de riesgo modificables, como la dieta y el tabaquismo.

5 datos clave sobre el cáncer gastrointestinal no colorrectal

1. Helicobacter pylori: no todas las cepas son iguales

Nuevas investigaciones revelan que cepas específicas de Helicobacter pylori pueden inducir cáncer gástrico mediante toxinas genotóxicas similares a colibactina, que causan daño directo al ADN del epitelio gástrico. Identificar estas variantes podría permitir una vigilancia más precisa y estrategias preventivas innovadoras, como el uso dirigido de antibióticos o probióticos.

2. Medicina de precisión en cáncer de vías biliares

La secuenciación genómica ha identificado mutaciones tratables en hasta un 45 % de los pacientes con cáncer avanzado de vías biliares. Alteraciones como fusiones de FGFR2, mutaciones IDH1/2 y del protooncogén BRAF permiten ahora el uso de terapias dirigidas como pemigatinib o ivosidenib, que han demostrado mejorar la sobrevida libre de progresión frente a la quimioterapia convencional.

Además, la biopsia líquida está emergiendo como herramienta clave para monitoreo no invasivo en tiempo real, lo que amplía el acceso a tratamientos personalizados.

3. Tislelizumab: nuevo estándar para el cáncer gastrointestinal avanzado

En marzo de 2025, la FDA aprobó tislelizumab, un inhibidor de PD-1, en combinación con quimioterapia para el carcinoma espinocelular de esófago avanzado. Este avance, basado en el ensayo RATIONALE-306, mostró una mejora significativa en la sobrevida global, especialmente en pacientes con expresión de PDL1 ≥1 %. Su diseño innovador mejora la actividad antitumoral con menor toxicidad inmunológica.

4. Hepatocarcinoma: la combinación TACE + inmunoterapia gana terreno

La quimioembolización transarterial (TACE) ha sido estándar en hepatocarcinoma intermedio, pero sus resultados eran limitados. El estudio CAP-ACE de 2025 demostró que combinar TACE con camrelizumab (anti PD-1) y rivoceranib (antiangiogénico) mejora la sobrevida libre de progresión y las tasas de control tumoral. Esta triple modalidad sugiere una nueva era de tratamientos combinados, integrando terapias locales y sistémicas para maximizar la eficacia.

5. La caquexia: un reto clínico subestimado

Hasta el 80 % de los pacientes con cáncer de páncreas sufren caquexia, un síndrome que impacta negativamente la tolerancia al tratamiento, la inmunidad y la sobrevida. Un estudio reciente mostró que el bloqueo de la interleucina-6, junto con nutrición, ejercicio y agentes anabólicos, puede reducir la pérdida muscular y mejorar el rendimiento físico. La detección temprana y el tratamiento integral de la caquexia se están consolidando como parte fundamental del manejo oncológico integral.

Los cánceres gastrointestinales no colorrectales presentan desafíos complejos, pero también oportunidades clínicas gracias a los avances en genética, inmunoterapia y atención integral. El enfoque actual debe ser personalizado, multimodal y centrado en mejorar tanto la sobrevida como la calidad de vida del paciente.

Fuente utilizada:
Cáncer gastrointestinal no colorrectal: 5 cosas que debe saber – Medscape. 10 de septiembre de 2025.