La colonoscopia es un procedimiento médico que permite examinar el interior del colon (intestino grueso) y el recto, con el objetivo de detectar posibles anomalías como pólipos, inflamaciones, úlceras o signos de cáncer colorrectal. Se hace utilizando un colonoscopio, un tubo largo y flexible con una cámara en el extremo, que transmite imágenes en tiempo real a una pantalla.
Este examen es fundamental para el diagnóstico precoz del cáncer de colon y otras enfermedades intestinales. También puede utilizarse con fines terapéuticos, como la extracción de pólipos o la toma de muestras para biopsias.
¿Quién realiza una colonoscopia?
La colonoscopia es realizada por un médico especialista en gastroenterología, es decir, un gastroenterólogo o coloproctólogo. Este profesional está capacitado para diagnosticar y tratar enfermedades del sistema digestivo y cuenta con la formación necesaria para llevar a cabo este procedimiento de forma segura.
En algunos casos, también puede participar un equipo médico asistente que incluye enfermeros y anestesiólogos, especialmente si se utiliza sedación durante el examen.
¿Cómo se realiza una colonoscopia?
El procedimiento comienza con una preparación previa, que implica vaciar completamente el intestino. Esto suele lograrse mediante una dieta especial durante los días anteriores y el uso de laxantes prescritos por el médico.
El día del examen, el paciente suele recibir una sedación leve o moderada para mayor comodidad. Luego, se introduce el colonoscopio por el recto y se avanza cuidadosamente a través del colon mientras se examina el revestimiento intestinal.
Durante la colonoscopia, el médico puede:
- Tomar muestras de tejido (biopsias).
- Extraer pólipos o crecimientos anormales.
- Controlar sangrados.
El procedimiento suele durar entre 30 y 60 minutos. Después, el paciente permanece en observación hasta que pasan los efectos de la sedación.
Riesgos de una colonoscopia
Aunque es un procedimiento seguro, como cualquier intervención médica, la colonoscopia conlleva algunos riesgos. Los más comunes incluyen:
- Molestias abdominales o gases-
- Sangrado leve (especialmente si se han extraído pólipos)-
- Reacciones a la sedación-
- En casos muy raros, perforación del colon-
Es importante que el paciente informe al médico sobre alergias, medicamentos que esté tomando (especialmente anticoagulantes), y condiciones médicas previas para minimizar cualquier riesgo.
¿Qué se debe tener en cuenta antes de hacer una colonoscopia?
Antes de someterte a una colonoscopia, ten en cuenta lo siguiente:
- Preparación intestinal adecuada: Seguir al pie de la letra las indicaciones del médico sobre la dieta y los laxantes. Un intestino limpio es esencial para una evaluación precisa.
- Consulta médica previa: Habla con tu gastroenterólogo sobre tus antecedentes médicos, síntomas, medicamentos y cualquier inquietud que tengas.
- Tiempo de recuperación: Aunque es un procedimiento ambulatorio, se recomienda no conducir ni realizar actividades importantes el resto del día si se utilizó sedación.
- Frecuencia del examen: En personas sin factores de riesgo, se recomienda una colonoscopia de rutina a partir de los 50 años, aunque en algunos países ya se sugiere comenzar a los 45. En caso de antecedentes familiares o síntomas digestivos, el examen puede indicarse antes.
Conclusión
La colonoscopia es una herramienta clave para la prevención y diagnóstico de enfermedades del colon y recto. Aunque puede generar nerviosismo en algunos pacientes, es un procedimiento seguro, efectivo y muchas veces salva vidas gracias a la detección precoz de problemas intestinales. Habla con tu médico si tienes dudas o crees que podrías necesitar una.