Ultraprocesados en la lactancia y alimentación complementaria: riesgos para los bebés

Cuidado con los ultraprocesados durante la lactancia y alimentación complementaria; bebés, en riesgo 

El consumo de alimentos ultraprocesados en bebés durante la lactancia y alimentación complementaria ha sido asociado con impactos negativos en la microbiota intestinal al cumplir el primer año de vida.

 La alimentación en esta etapa es crucial para el desarrollo inmunológico, metabólico y cognitivo de los niños, por lo que es fundamental priorizar opciones saludables y evitar productos que puedan comprometer su salud a largo plazo.

¿Cómo afecta la alimentación temprana a la microbiota intestinal?

Un estudio publicado en la revista de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo, titulado ‘Efecto del consumo de alimentos ultraprocesados ​​sobre la microbiota intestinal en el primer año de vida: hallazgos del estudio de cohorte de nacimiento MINA-Brasil’, analizó las prácticas de lactancia y alimentación complementaria en 728 bebés desde el nacimiento hasta su primer año de vida.

Para evaluar el impacto en la microbiota intestinal, se tomaron muestras fecales y se estudió la cantidad, composición y diversidad de los microorganismos presentes en el tracto gastrointestinal. Los resultados mostraron diferencias significativas entre los bebés que fueron amamantados y aquellos que, tras el destete, consumieron alimentos ultraprocesados.

 ¿Qué encontraron los investigadores en el estudio?

  1. Reducción de bacterias beneficiosas:
    • Los bebés destetados que consumieron alimentos ultraprocesados presentaron una menor cantidad de bifidobacterium, un grupo de bacterias esenciales para la salud intestinal, inmunológica y metabólica.
    • La disminución de estas bacterias podría comprometer las defensas naturales de los bebés, aumentando el riesgo de infecciones y predisponiéndolos a enfermedades metabólicas, como la diabetes, en el futuro.
  2. Alteración en la composición de la microbiota:
    • Los bebés que consumieron ultraprocesados tenían una mayor proporción de firmicutes, un tipo de bacterias que predominan en adultos.
    • Esto sugiere que su microbiota intestinal mostraba características similares a la de personas mayores, lo que podría afectar el desarrollo natural de su sistema digestivo.
Ultraprocesados en la lactancia materna: riesgos para los bebés
La OMS resalta la importancia de fomentar prácticas de alimentación saludables durante la lactancia y la alimentación complementaria. Foto: Freepik.

Consecuencias de una microbiota alterada en bebés

La investigación indicó que la microbiota intestinal cumple funciones clave en la salud general del organismo. En los primeros años de vida, su desarrollo influye en la regulación inmunitaria, la absorción de nutrientes, la producción de vitaminas y la protección contra patógenos. Una composición desequilibrada de la microbiota intestinal podría causar:

  • Mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias y gastrointestinales.
  • Mayor riesgo de padecer alergias y enfermedades autoinmunes.
  • Alteraciones metabólicas que pueden favorecer la obesidad y la diabetes en etapas posteriores de la vida.
  • Impacto negativo en el desarrollo neurológico y cognitivo.

¿Qué hacer para proteger la salud intestinal de los bebés?

Dado que la microbiota intestinal es altamente sensible durante los primeros años de vida, es importante tomar decisiones alimentarias informadas para favorecer su correcto desarrollo, esto dijo la investigación.

  1. Fomentar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses:
    • La leche materna es rica en oligosacáridos, un componente nutricional  (HMO), que actúa como sustrato para el crecimiento de bifidobacterium y otras bacterias beneficiosas.
    • Contiene microorganismos propios que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal.
    • Aporta factores inmunológicos que fortalecen las defensas del bebé.
  2. Optar por alimentos frescos y naturales en la alimentación complementaria:
    • Introducir frutas, verduras, cereales integrales y legumbres como base de la dieta.
    • Evitar productos ultraprocesados ricos en azúcares, grasas saturadas, aditivos y conservantes.
  3. Consultar con profesionales de la salud:
    • Un pediatra o nutricionista especializado en alimentación infantil puede orientar a los padres en la selección de los mejores alimentos para sus hijos.

El mensaje es claro: menos ultraprocesados, más salud para su bebé

La etapa de lactancia y alimentación complementaria es fundamental para el desarrollo de una microbiota intestinal equilibrada. Optar por una alimentación basada en alimentos naturales y evitar el consumo de ultraprocesados puede marcar una gran diferencia en la salud presente y futura de los niños.

Esta información está respaldada por el doctor en epidemiología nutricional de la Universidad de Harvard Kenny Mendoza, quien enfatiza la importancia de educar a los padres sobre las consecuencias de los ultraprocesados en la microbiota infantil.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y la introducción de alimentos complementarios nutritivos y seguros a partir de entonces, manteniendo la lactancia materna hasta los dos años o más.

Evitar la introducción temprana de alimentos ultraprocesados es fundamental para promover una microbiota intestinal saludable y prevenir enfermedades asociadas en etapas posteriores de la vida. Estos estudios resaltan la importancia de fomentar prácticas de alimentación saludables durante la lactancia y la alimentación complementaria, evitando la introducción temprana de alimentos ultraprocesados para garantizar un desarrollo óptimo en los bebés, agregó OMS.

Fuente utilizada:

  • Efecto del consumo de alimentos ultraprocesados ​​sobre la microbiota intestinal en el primer año de vida: hallazgos del estudio de cohorte de nacimiento MINA-Brasil. Investigación publicada en la Revista de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo. [https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0261561425000317]
  • Kenny Mendoza, doctor en epidemiología nutricional y maestría en bioestadística en el departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.