La menopausia es una fase natural en la vida de todas las mujeres, marcada por la disminución de los niveles hormonales, en especial del estrógeno y la progesterona. Aunque comúnmente se asocia con la finalización de la menstruación y síntomas como sofocos o alteraciones del estado de ánimo, su impacto va mucho más allá. Esta transición biológica también juega un papel fundamental en la salud cardiovascular, un factor crucial que a menudo se pasa por alto.
A medida que las mujeres atraviesan esta etapa, el descenso hormonal tiene consecuencias directas en su sistema cardiovascular. Una de las más significativas es la alteración del metabolismo de las grasas, lo que puede elevar los niveles de colesterol y otros lípidos en la sangre, una condición conocida como dislipidemia. Estos cambios aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, infartos y accidentes cerebrovasculares.
El riesgo cardiovascular en mujeres con menopausia
A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte entre las mujeres. Esta tendencia es especialmente alarmante en las mujeres que pasan por la menopausia, ya que la reducción de estrógeno y progesterona puede intensificar este riesgo. En Colombia, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares representaron el 25.2 % de las muertes femeninas en 2023, lo que refleja un desafío persistente en la salud pública.
Aunque las mujeres en esta etapa siguen siendo activas en sus carreras profesionales y en el hogar, el riesgo cardiovascular se ve amplificado debido a los cambios hormonales. En este sentido, los especialistas destacan que más del 80 % de las enfermedades cardíacas son prevenibles si se adoptan hábitos saludables y se sigue un tratamiento adecuado.
La importancia de hábitos saludables y adherencia al tratamiento
La prevención es clave para reducir el riesgo cardiovascular durante la menopausia. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y controlar el estrés son hábitos fundamentales que ayudan a proteger el corazón. Sin embargo, otro aspecto crítico es la adherencia al tratamiento farmacológico.
Muchas mujeres que requieren medicación para controlar su colesterol no siguen correctamente las indicaciones médicas, lo que disminuye la eficacia del tratamiento.
A nivel global, casi la mitad de los pacientes no siguen sus tratamientos como se les indica, lo que es aún más pronunciado en algunos países de América Latina, como Colombia, donde la adherencia al tratamiento en enfermedades crónicas no transmisibles es solo del 59 %. Esta falta de seguimiento puede aumentar el riesgo de complicaciones graves relacionadas con la salud cardiovascular.
Herramientas digitales para mejorar la adherencia en la menopausia
Afortunadamente, en los últimos años han surgido soluciones digitales que pueden facilitar la adherencia al tratamiento. Aplicaciones móviles como a:care de Abbott se han diseñado específicamente para ayudar a las mujeres a seguir su medicación de manera más consistente. Estas herramientas ofrecen recordatorios, monitoreo de progreso y consejos personalizados, lo que puede ser especialmente útil para las mujeres en la menopausia, quienes pueden enfrentar desafíos adicionales como la fatiga, alteraciones del sueño y exigencias familiares.
Según Marcela Pérez, directora médica de Abbott, incorporar tecnologías de este tipo puede hacer una gran diferencia. Estas herramientas permiten que las mujeres se mantengan comprometidas con su tratamiento y, a su vez, promuevan hábitos más saludables. La integración de soluciones digitales en la atención médica también proporciona un acompañamiento más cercano y efectivo.
El camino hacia una salud cardiovascular óptima
Si bien la menopausia representa un periodo de desafíos para la salud cardiovascular de las mujeres, la prevención y el seguimiento adecuado del tratamiento son clave para mitigar los riesgos. Adoptar un estilo de vida saludable, mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico y utilizar herramientas digitales pueden ser aliados poderosos para proteger el corazón femenino durante esta etapa de la vida. La tecnología, en particular, se está posicionando como una opción accesible y efectiva para enfrentar estos desafíos de forma más autónoma y personalizada.



