Si su hijo tose mucho, lo primero y más importante es mantener la calma. La tos es un reflejo natural del cuerpo para despejar las vías respiratorias de mucosidad, irritantes o partículas extrañas. En muchos casos, especialmente en niños, la tos es causada por infecciones virales comunes como el resfriado, y suele desaparecer por sí sola en una o dos semanas.
¿Qué hay que hacer cuando un niño tose mucho?
- Observar los síntomas: preste atención al tipo de tos (seca, húmeda, con silbido), la frecuencia, si ocurre en momentos específicos (noche, día, después de la actividad), y si está acompañada de otros síntomas como fiebre, dificultad para respirar, congestión nasal, dolor de garganta, o cambios en el color de la piel. Esta información será útil si necesita consultar a un médico.
- Asegurar la hidratación: ofrezca líquidos tibios con frecuencia, como agua. Evite los jugos cítricos si hay dolor de garganta.
- Crear un ambiente húmedo: el aire seco puede irritar las vías respiratorias y empeorar la tos. Use un humidificador de vapor frío en la habitación donde duerme su hijo. Si no tiene uno, puede sentarse con su hijo en el baño con la ducha caliente abierta para que inhale el vapor durante unos 15-20 minutos.
- Elevar la cabeza al dormir: para niños mayores de un año, elevar ligeramente la cabecera de la cama con almohadas adicionales puede ayudar a facilitar la respiración y reducir la tos, especialmente si está relacionada con goteo nasal posterior.
¿Qué puedo darle a mi hijo si tose mucho?
- Para niños mayores de 1 año: miel (una cucharadita según sea necesario).
- Para todas las edades: líquidos abundantes, solución salina nasal (si hay congestión).
- Para niños mayores de 6 años (con precaución y siguiendo las indicaciones del pediatra): algunos jarabes para la tos de venta libre pueden aliviar los síntomas, pero no curan la causa subyacente y no se recomiendan para niños más pequeños debido a posibles efectos secundarios.
- Siempre consulte con el pediatra antes de darle cualquier medicamento de venta libre a su hijo.
- Nunca dé pastillas para la tos a niños pequeños debido al riesgo de asfixia.
¿Cuándo debo llevar a mi hijo al médico si tose mucho?
Es importante buscar atención médica si su hijo presenta alguno de los siguientes síntomas junto con la tos:
- Dificultad para respirar: respiración rápida o laboriosa, aleteo nasal, hundimiento de la piel entre las costillas o alrededor del cuello al respirar.
- Coloración azulada o pálida de los labios o la piel.
- Fiebre alta (especialmente en bebés menores de 3 meses).
- Tos persistente por más de 2-3 semanas.
- Tos que empeora progresivamente.
- Tos con expectoración espesa de color amarillo verdoso o con sangre.
- Sibilancias (sonido similar a un silbido al respirar).
- Letargo o irritabilidad inusual.
- Deshidratación (disminución de la orina, boca seca, llanto sin lágrimas).
- Si sospecha que su hijo ha inhalado algún objeto.
- Si la tos está asociada a atragantamiento o vómitos.
¿Qué hacer para calmar la tos nocturna en niños?
La tos nocturna puede ser particularmente incómoda para los niños y sus padres, especialmente cuando interrumpe el sueño. Existen diversas causas de la tos nocturna en los niños, como alergias, resfriados, asma o infecciones respiratorias:
- Mantener la humedad en el aire: usar un humidificador en la habitación de tu hijo puede ayudar a mantener el aire húmedo, lo que facilita la respiración y reduce la irritación en la garganta.
- Elevar la cabeza de la cama: elevar ligeramente la cabecera de la cama puede ayudar a reducir la tos nocturna, especialmente si es causada por una acumulación de mucosidad en la garganta.
- Mantener a tu hijo bien hidratado: el agua y los líquidos tibios, como caldos o té, pueden ayudar a calmar la garganta irritada y a aflojar la mucosidad.
- Aplicar miel (si el niño tiene más de un año): la miel tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que pueden ayudar a calmar la tos. Si tu hijo tiene más de un año, puedes darle una cucharadita de miel antes de dormir.
- Evitar irritantes en el ambiente: evita que su hijo esté expuesto al humo del cigarro, perfumes fuertes o productos de limpieza que puedan agravar la tos.
- Consultar al médico: si la tos persiste por varios días, empeora durante la noche o viene acompañada de fiebre, dificultad para respirar o dolor en el pecho, es fundamental consultar a un pediatra. Podría tratarse de una condición como asma, reflujo gastroesofágico (GERD) o una infección respiratoria que requiera atención médica.
- Uso de medicamentos recomendados por un médico: los pediatras pueden recetar medicamentos para aliviar la tos si la causa lo justifica, como descongestionantes o antitusígenos en casos específicos.
Si la tos de su hijo no mejora, empeora o está acompañada de otros síntomas preocupantes, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y tratamiento específico.