El Centro de Pensamiento ‘Así vamos en salud’ presentó la segunda edición del Índice de Salud Rural 2024 (ISR), un informe detallado sobre las condiciones actuales del sistema de salud en zonas rurales y la formulación de estrategias para mejorar la equidad en el acceso a los servicios médicos.
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El estudio pone en evidencia las dificultades persistentes que enfrentan estas comunidades para acceder a servicios esenciales como agua potable, saneamiento y conectividad. Estas deficiencias impactan negativamente la salud de la población, la calidad de la atención médica y la disponibilidad de recursos, perpetuando las desigualdades y dificultando la prevención de enfermedades.
El doctor Augusto Galán Sarmiento, director ejecutivo de ‘Así vamos en Salud’, subrayó en la presentación del informe, que cerrar estas brechas requiere una inversión significativa en infraestructura, capacitación del personal de salud y una gestión eficiente.
Asimismo, enfatizó la importancia de implementar políticas focalizadas y estrategias de equidad, donde la telemedicina y las alianzas público-privadas jueguen un papel fundamental en la mejora del acceso a la salud, especialmente en comunidades vulnerables. Para ello, fortalecer la confianza ciudadana mediante un sistema más inclusivo, transparente y eficiente es clave.

Principales hallazgos del Índice de salud rural 2024:
- Deficiencias en servicios públicos básicos: en los 520 municipios analizados, solo el 41,1 % cuenta con acceso a alcantarillado, y la mitad de ellos presenta coberturas inferiores al 37,3 %. A pesar de que las zonas más afectadas por el conflicto armado (ZOMAC) muestran mejores indicadores, 12 municipios de este grupo tienen agua no apta para el consumo humano. Además, el 39 % de los municipios presenta un acceso crítico o bajo a agua potable, siendo localidades como El Peñón (Bolívar) y Puerto Salgar las más afectadas.
- Crisis en la gestión financiera de los hospitales públicos: el ISR 2024 reporta un alarmante deterioro en la viabilidad financiera de las Empresas Sociales del Estado (ESE). En 2022, el 16,8 % de los municipios se encontraba en riesgo financiero alto, cifra que ha aumentado al 37,3 % en la actualidad, lo que afecta la capacidad de gestión en salud y compromete la atención en municipios con problemas económicos o incumplimientos en sus programas de salud.
- Déficit de médicos generales: la distribución del personal médico en el país es extremadamente desigual. De los 520 municipios analizados, solo tres (Santafé de Antioquia, Abejorral y Córdoba) cuentan con más de 100 médicos por cada 10.000 habitantes. En contraste, 116 municipios, principalmente en Cundinamarca, Santander y Norte de Santander, apenas disponen de un solo médico. Esta escasez aumenta los riesgos de morbilidad y mortalidad, evidenciando la necesidad de una mejor distribución del talento humano en salud.
- Falta de conectividad para la telemedicina: en el 37,4 % de los municipios rurales, la cobertura de Internet es inferior al 1 %, lo que limita el uso de la telemedicina y el acceso a servicios esenciales. La implementación de centros de salud digitales con internet satelital podría mejorar la atención médica en comunidades aisladas.
- Deficiente atención en salud mental: la cobertura en atención a la depresión es mínima en zonas rurales, con tasas de atención inferiores al 1 % en la mayoría de los territorios. La situación es más grave en regiones afectadas por el conflicto armado y la pobreza. Papunaua (Vaupés) presenta la tasa de atención más alta (4 %), pero sigue siendo insuficiente.
- Insuficiente control prenatal: aunque el 97 % de las mujeres accede a al menos una consulta prenatal, la cobertura varía significativamente. En departamentos como Vaupés (26,4 %), Guainía (34,3 %) y Vichada (37,6 %), los indicadores son preocupantes, aumentando los riesgos de complicaciones maternas y neonatales.
- Baja cobertura en mamografías: en 60 municipios rurales, menos del 1 % de las mujeres accede a mamografías, afectando la detección temprana del cáncer de mama. En 171 municipios no hay datos disponibles, lo que dificulta conocer la magnitud del problema.
- Alto índice de violencia contra la mujer: la violencia de género es una problemática crítica en zonas rurales. En los municipios ZOMAC (Zonas más afectadas por el conflicto armado colombiano) analizados, solo 36 no reportan casos de violencia contra la mujer. En regiones andinas como Pajarito y Oicatá (Boyacá), y San José de Miranda (Santander), las tasas superan los 370 casos por cada 100.000 habitantes, evidenciando la urgencia de fortalecer políticas de prevención y atención a las víctimas.
El Índice de Salud Rural 2024, basado en el análisis de 37 indicadores en 520 municipios, proporciona una radiografía detallada de los desafíos que enfrenta la salud en áreas rurales de Colombia. La información recolectada entre enero y julio de 2024 permite orientar acciones concretas para cerrar las brechas en el acceso a la salud y mejorar la calidad de vida de estas comunidades.
Fuentes utilizadas:
- Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud presentó la segunda edición del Índice de Salud Rural 2024 (ISR)