Con la llegada de las vacaciones de fin de año, miles de colombianos se preparan para viajar a playas, ríos, piscinas y destinos turísticos donde la exposición solar es inevitable. Sin embargo, este periodo coincide con picos elevados de radiación ultravioleta (UV), especialmente en un país tropical como Colombia. Frente a este escenario, el cirujano plástico Ernesto Barbosa lanza una advertencia clara: el bronceado saludable no existe y cualquier cambio de color en la piel es una señal de daño celular.
“El bronceado no es bienestar. Es la piel defendiéndose de una agresión”, explica el especialista. Incluso ese tono dorado que muchos consideran atractivo es evidencia de una alteración en el ADN de las células cutáneas. Con el tiempo, estas agresiones acumuladas pueden traducirse en manchas, envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y cáncer de piel, una enfermedad cuya incidencia sigue en aumento.
Radiación UV en Colombia: un riesgo que se subestima
Barbosa advierte que persisten mitos peligrosos en torno al sol. Muchos creen que en días nublados no hay riesgo, que basta con aplicar protector una sola vez al día o que la sombra es suficiente. Nada de eso es cierto. Las nubes permiten el paso de gran parte de la radiación UV y superficies como el agua, la arena y el concreto la reflejan, aumentando la exposición sin que la persona lo note.
Además, el especialista alerta sobre la desinformación que circula en redes sociales, incluso por parte de personas que se presentan como expertos, y que promueven no usar protector solar o minimizar su importancia. “En Colombia, donde el sol es más perpendicular, estos errores incrementan aún más el riesgo”, señala.
La cultura del bronceado y sus consecuencias
Uno de los mayores problemas, según Barbosa, es que el bronceado sigue asociado a belleza, descanso y bienestar, especialmente entre jóvenes. Esta percepción ignora que la piel tiene memoria y que el daño solar se acumula desde la infancia. Las quemaduras repetidas en niños y adolescentes son uno de los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de piel en la adultez.
Actualmente, se estima que en Colombia se diagnostican cerca de tres casos nuevos de cáncer de piel al día, y la cifra va en aumento. Cada decisión cotidiana frente al sol cuenta.
Errores comunes del bronceado durante las vacaciones
Entre las prácticas más frecuentes y peligrosas están: usar protector solar solo una vez al día, aplicarlo únicamente en la playa, elegir factores de protección bajos, olvidar zonas como orejas, cuello o dorso de los pies, y confiar solo en gorras en lugar de sombreros de ala ancha. También es un error pensar que solo en climas calientes se requiere protección.
Recomendaciones clave para proteger la piel
El especialista insiste en un cuidado integral y constante. Recomienda usar protector solar de amplio espectro (UVA y UVB) con SPF 50 o mínimo 30, reaplicarlo cada dos o tres horas, usar ropa de tejidos densos, gafas con filtro UV certificado y evitar la exposición directa entre las 10:00 a. m. y las 3:00 p. m. Mantener una hidratación adecuada es fundamental para la barrera cutánea, así como evitar aceites bronceadores y cámaras de bronceo.
Niños: la prioridad absoluta
La piel infantil es más delgada y vulnerable. Una sola quemadura severa antes de los 18 años aumenta significativamente el riesgo de cáncer de piel en el futuro. En bebés menores de seis meses no se debe usar bloqueador, sino evitar completamente la exposición directa. En niños mayores, el protector debe reaplicarse con frecuencia y combinarse con ropa y sombreros.
Disfrutar del sol, pero con responsabilidad
El sol tiene beneficios comprobados, como la síntesis de vitamina D, pero basta con 15 a 20 minutos al día, antes de las 10 a. m. o después de las 3 p. m., con la debida protección. “Prevenir el cáncer de piel comienza con decisiones pequeñas y constantes”, concluye Barbosa. Vacacionar y cuidarse no son conceptos opuestos: entender el sol de manera responsable puede marcar la diferencia entre disfrutar hoy y lamentar mañana.



