Exposición de intimidad sin consentimiento en redes: Consecuencias emocionales en jóvenes según Colpsic

Alertan sobre los peligros emocionales de la exposición íntima no consensuada en redes sociales

La viralización de contenido íntimo expuesto sin consentimiento es un tema alarmante que afecta principalmente a los jóvenes, causando efectos psicológicos profundos y duraderos. El Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic), ha emitido una advertencia sobre los daños emocionales que este tipo de violencia digital puede causar, especialmente cuando las víctimas son objeto de burla o juicio público.

Este fenómeno, amplificado por las redes sociales, puede resultar en trastornos emocionales graves que alteran la vida de quienes lo sufren.

El Impacto emocional de la exposición íntima no consensuada

La reciente polémica entre el cantante Beéle y la influencer Isabella Ladera, tras la filtración de un video íntimo, ha puesto sobre la mesa una reflexión urgente: ¿qué sucede con la salud mental de las personas cuando su intimidad se ve expuesta sin su consentimiento? Según Maryi Andrea Rincón Araque, Subdirectora Nacional del Campo Psicología de la Sexualidad de Colpsic, las personas que enfrentan este tipo de violencia digital suelen experimentar efectos inmediatos y prolongados.

“Ansiedad, depresión, baja autoestima, miedo e hipervigilancia son respuestas comunes”, explica la psicóloga. Quienes se ven expuestos de esta manera pierden el control sobre su vida privada, lo que genera un sentimiento de inseguridad profunda. Las consecuencias, si no se atienden, pueden derivar en trastornos más graves como ataques de pánico, insomnio y una vergüenza que se convierte en una carga emocional constante.

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La violencia digital y el rol de los medios

Aunque las plataformas digitales y los medios de comunicación tienen la responsabilidad de proteger la intimidad de las personas, a menudo contribuyen a amplificar el problema. Al difundir estos contenidos, no solo se aumenta el daño psicológico a la víctima, sino que también se refuerzan estigmas sociales. La forma en que se manejan estas situaciones en los medios perpetúa una cultura de violencia digital, donde la exposición no consentida se convierte en un espectáculo.

Uno de los puntos más preocupantes es que las mujeres son las principales víctimas de este tipo de violencia. A menudo, la sociedad culpa más a la mujer que a la persona que difunde el contenido. Este doble rasero refleja una profunda desigualdad y machismo en nuestra cultura, donde los juicios y estigmas afectan principalmente a las mujeres, tanto en su salud mental como en su rol social.

Morbo, juicio y falta de educación: ¿por qué reacciona la sociedad de esta manera?

Rincón también destaca que la falta de educación sexual y emocional contribuye a la actitud generalizada de morbo hacia la exposición de la intimidad. “Vivimos entre dos extremos: la erotofobia, el rechazo moral y el juicio, y la erotofilia, el consumo masivo y sin filtro”, señala. Esta mentalidad refleja la inmadurez colectiva respecto a la sexualidad y la intimidad, lo que contribuye a que muchos vean este tipo de situaciones como una forma de entretenimiento, sin considerar el daño psicológico que se está infligiendo a la víctima.

Este tipo de cultura también contribuye a la normalización de la violencia digital. Al ver que la víctima es ridiculizada o culpabilizada, especialmente cuando es joven, los adolescentes y jóvenes pueden llegar a ver este tipo de situaciones como algo normal o incluso justificable, perpetuando así el ciclo de violencia.

¿Cómo actuar como sociedad para combatir la violencia digital?

El Colegio Colombiano de Psicólogos hace un llamado a la sociedad para que se comprometa a cambiar estas dinámicas. Las recomendaciones incluyen:

  1. No compartir contenido íntimo sin consentimiento. Es crucial respetar la privacidad de las personas y no contribuir a la difusión de contenido dañino.
  2. Denunciar públicamente la violencia digital. Es importante señalar estas prácticas, no solo en el ámbito individual, sino también en el colectivo, para crear conciencia sobre el daño que causan.
  3. Promover la educación sexual y emocional desde edades tempranas. La educación es la clave para prevenir este tipo de violencia y fomentar el respeto por la privacidad y el consentimiento.
  4. Fomentar una cultura digital empática, crítica y responsable. Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa, pero deben usarse con responsabilidad y respeto hacia los demás.
  5. Apoyar a las víctimas, no señalarlas. Las personas que se ven expuestas de esta manera deben recibir apoyo emocional y psicológico, no ser objeto de burlas o culpabilización.

¿Qué hacer si eres víctima de exposición íntima no consentida en redes?

Para quienes se vean expuestos a este tipo de violencia, la recomendación es buscar apoyo profesional de inmediato. Activar redes de apoyo seguras y evitar el aislamiento son pasos esenciales para preservar la salud mental. “Nadie está preparado emocionalmente para ser expuesto de esa manera”, concluye Rincón.

En resumen, la exposición de la intimidad sin consentimiento no solo es una violación legal, sino también un ataque a la salud emocional de las personas. Como sociedad, es fundamental cambiar nuestra actitud hacia este tipo de violencia digital, educar a las nuevas generaciones y, sobre todo, ofrecer apoyo a las víctimas en lugar de juzgarlas.