Beneficios de la lactancia materna para salud de madres y bebés

La lactancia materna: un escudo natural que protege la salud de madres y bebés

La lactancia materna es una de las prácticas más naturales, efectivas y trascendentes para la salud de madres e hijos. Numerosos estudios científicos han demostrado que no solo ofrece beneficios nutricionales y emocionales para los bebés, sino que también ejerce un impacto positivo en la salud materna, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ictus, cáncer de mama, cáncer de ovario, diabetes tipo 2 y obesidad.

Recientemente, nuevas investigaciones han ampliado este panorama. En el Congreso de la European Society for Medical Oncology (ESMO) 2025, se presentaron dos estudios que agregan beneficios adicionales: una reducción de la mortalidad general y una disminución del riesgo de desarrollar cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos y difíciles de tratar.

Uno de los análisis, hecho en una cohorte prospectiva con más de 88.000 mujeres mexicanas, mostró que aquellas que amamantaron por más de seis meses presentaron una menor mortalidad por cualquier causa (1,4 frente a 2,3 por cada 1.000 años-persona en quienes no amamantaron).

También se evidenció una reducción significativa en la mortalidad por enfermedades cardiometabólicas y cáncer de mama. Estos hallazgos reafirman que la lactancia materna no solo salva vidas en la infancia, sino que también protege la salud materna a largo plazo.

En cuanto al cáncer de mama triple negativo, investigaciones previas habían señalado que tanto el embarazo como la lactancia reducen el riesgo de desarrollarlo, aunque los mecanismos detrás de esta protección aún eran poco claros.

El estudio presentado en ESMO 2025 ofrece nuevas pistas: la lactancia refuerza la inmunidad mamaria, aumentando la densidad de células T CD8+ que proporcionan una protección inmunitaria duradera.

El equipo analizó muestras de tejido mamario de más de 250 mujeres sanas de distintos continentes y observó que quienes habían gestado y amamantado tenían una mayor presencia de estas células inmunitarias. En experimentos con modelos animales, se comprobó que las hembras que completaron un ciclo de embarazo, lactancia e involución de la glándula mamaria mostraban una respuesta inmune más fuerte frente al crecimiento de tumores de cáncer de mama triple negativo.

De hecho, en más de mil mujeres diagnosticadas con esta enfermedad, aquellas que habían amamantado presentaban una mejor supervivencia.

Estos resultados, según los investigadores, representan un cambio de paradigma en la comprensión del cáncer de mama, al demostrar que la historia reproductiva y la lactancia pueden reprogramar el sistema inmunitario, abriendo nuevas vías para la prevención y el desarrollo de terapias más efectivas.

Pero los beneficios de la lactancia van mucho más allá de lo biológico. Según la Dra. Mariana Colmenares Castaño, pediatra especialista en lactancia materna y consultora certificada por la IBCLC, “la lactancia materna crea un círculo virtuoso en el que se fortalecen el vínculo madre-hijo, la salud mental y la crianza respetuosa. Disminuye la anemia, la depresión posparto y contribuye incluso a reducir la violencia intrafamiliar”.

¿Cuándo se debe de iniciar la lactancia materna?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda iniciar la lactancia durante la primera hora de vida, conocida como la hora de oro, y mantener la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, complementándola con otros alimentos hasta los dos años o más. Durante este período, el lactante debe alimentarse únicamente con leche materna, sin agua ni otros líquidos, incluso en climas cálidos. Este contacto temprano piel con piel favorece el agarre espontáneo y mejora el éxito del proceso, tanto en partos naturales como por cesárea.

A pesar de su demostrada eficacia, las cifras globales muestran que menos del 60 % de los bebés son alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses, una meta que la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud buscan alcanzar para 2030. Alcanzarla requiere no solo educación sanitaria, sino también políticas públicas que apoyen a las madres trabajadoras, garanticen licencias de maternidad adecuadas y promuevan entornos amigables con la lactancia.

En palabras de la Dra. Colmenares, “invertir en lactancia materna es invertir en el futuro”. Esta práctica sencilla, natural y de bajo costo tiene el poder de reducir la mortalidad, prevenir enfermedades crónicas y fortalecer el desarrollo físico y emocional de millones de niños y niñas. Más allá de un acto biológico, la lactancia materna representa un compromiso social con la vida, la salud y el bienestar de las próximas generaciones.